Many rivers to cross es el proyecto individual de esta temporada. El tándem artístico formado por Alba Moreno (Málaga, 1985) y Eva Grau (Málaga, 1989), cuya producción firman de forma indisoluble desde hace cuatro años, hace suyo el espacio de Casa Sostoa al completo y plantea un argumento en el que está muy presente la dualidad y la confrontación. Desde un lenguaje austero, la idea de lucha -como una forma de comunicación- se hace presente tal que un código para interpretar el proceso creativo. En paralelo a ella, también encontramos la creación de otros códigos desde, por ejemplo, señales luminosas. Se trata de comunicarse a toda costa. Toda la obra parece ser autorreferencial, partir de la propia experiencia y evidenciar una suerte de camino. El trabajo artístico comprendido como viaje. Si algo comprobaremos en many rivers to cross es que Alba Moreno y Eva Grau pretenden comunicarse desde una frecuencia de umbrales mínimos. Reduciendo al máximo, sometiendo las ideas a un proceso de limpieza, resuelven en un modus operandi que recuerda, metafóricamente, a la elaboración de un perfume: para obtener una pequeña cantidad de esencia es necesario un ingente acopio de materia prima así como un trabajo lento y persistente.La imagen fotográfica es el recurso expresivo más elocuente y conductor de su trabajo; Se trata de nuestra herramienta principal y más valiosa (…) ya que nos permite evidenciar las huellas, dejar constancia de lo vivido. Ello no impide que la instalación cobre en esta propuesta un lugar primordial.
Moreno & Grau han interpretado los tres espacios principales de Casa Sostoa (salón, estudio, dormitorio de invitados) desde la premisa de la instalación. En sendos casos, se da la circunstancia de que los objetos y fotografías expuestos se interrelacionan mediante líneas invisibles con un potente sentido compositivo, consiguiendo reinterpretar el espacio y haciéndolo partícipe de un modo envolvente. Al mismo tiempo, alguno de esos elementos se relaciona con el exterior -con la luz, con el cielo, con el paisaje urbano que se aprecia desde Casa Sostoa-. El paisaje, que siempre es entendido como estado emocional, está sujeto a lo cambiante que imprime la climatología y la estación en que nos encontramos; cada una de las horas del día -y su luz- será significativa en este caso. Nos atrevemos a decir que las artistas han llegado a desarrollar una estrategia que nos acerca al land art, mediante símbolos universales y atávicos -el disco solar, la montaña, el haz de luz, el triángulo, el agua y su reflejo…- en los que parecemos estar en sintonía con los elementos de la naturaleza. Many rivers to cross es en resumen un estudio de los limites de lo humano, desde sus relaciones con otros, con el paisaje y especialmente consigo mismo.
– Pedro Alarcón
2016